viernes, 23 de mayo de 2008

Esquicio: Diario de Phoebe

Querido diario:
Anoche apareció Holden en casa, vino a visitarme. Me despertó en mitad de la noche, yo estaba durmiendo en la habitación de D.B. Parecía contento de verme aunque se lo veía muy mal. Yo estaba feliz. Me trajo un disco que compró no sé en dónde, pero estaba roto en varios pedazos. Me dijo que se le rompió porque estaba borracho, voy a pegar las partes, quizás se pueda escuchar igual. Lo peor de todo: Holden vino dos días antes a casa porque lo echaron de Pencey. Me enojé muchísimo con él, papá va a matarlo. Quiere irse a Colorado a trabajar; ni siquiera sabe andar a caballo. Igual este colegio parecía bastante feo, Holden me contó que está lleno de gente falsa. Forman unos grupos donde no dejan entrar a la gente que tiene acné. Yo no tengo acné así que podría entrar, pero Holden sí tiene un poco así que yo no entraría si él no puede. De todas maneras no le importa. Odia Pencey, pero no me puede explicar por qué. A Holden nunca le gusta nada. Se lo dije. No podía nombrar una sola cosa que le guste. Excepto Allie, que no vale, porque está muerto y en el Cielo. No hay nada que Holden quiera hacer cuando crezca: ser médico, o abogado, como papá. Sólo dijo algo raro, acerca de cuidar a unos niños que juegan en un campo de centeno, al borde de un precipicio. Vigilarlos, para que no caigan. Sacó esa idea del poema de Robert Burns. Sólo eso. Vigilar a miles de niños que juegan. Bailamos un rato con la música de la radio. Holden me dijo que estoy mejorando. Le estaba mostrando lo que Alice me enseñó de la fiebre cuando llegaron papá y mamá. Holden se asustó muchísimo y se escondió en el armario. Mamá entró y me preguntó por qué había olor a cigarrillo. Holden había fumado, pero le dije que había sido yo. Está bien, no era verdad, pero sí lo he hecho en otras ocasiones, así que da igual. Traté de sacarme de encima a mamá pero no paraba de preguntarme por la película y la cena. Por fin se fue, y Holden salió, muy nervioso, quería irse cuanto antes. No tenía dinero así que le presté el que tenía ahorrado para Navidad. No quería aceptarlo, pero se lo di todo, le hice prometer que vendría a verme el viernes a la función para devolvérmelo. De repente Holden se puso a llorar. Me preocupé muchísimo, traté de tranquilizarlo. Una vez que se calmó, se fue muy apurado, y me dejó su gorra. Me la puse para dormir, esta mañana todavía la tenía puesta cuando desperté. Holden dijo que llamará en cuanto pueda y que vendrá el viernes a verme. No le creo nada. Pobrecito Holden, papá va a matarlo.

2 comentarios:

Ana Makarovsky dijo...

Aye, necesito tu ayuda, Eugenia me recomendo que pida: "corrección de cuatro de tus compañeros de grupo que obviamente hayan estado en la pre-entrega" praa que me guie un poco en el video. asi que si podes contarme un poco de tu correccion te lo agradeceria... beso grande

Ignacio E. Hutin dijo...

chusmeando por aca encontre la fotico de cartier bresson que tenias en el msn. el año pasado lei un libro de john berger que se llamaba fotocopias y habia una cronicucha (con cachos de entrevistas y paseo por el metro de paris incluidas) sobre este tipo, era bastante linda.
(by the way, medio molesto lo de la palabrita que hay que poner aca abajo...ahora se me viene con exigencias??)

besoooop