sábado, 31 de mayo de 2008

jueves, 29 de mayo de 2008

Digresión

(la canción que canta Marlène en su retrato, que mencantó)



Milord, de Edith Piaf

miércoles, 28 de mayo de 2008

Después del retrato - Diez preguntas

-esencial: ¿hay retrato en mi trabajo?
-¿qué dice mi retrato de Tamara?
-¿puede reconocerse Tamara en el retrato que produje?
-¿cuánto de auténtico y cuánto de inventado tiene mi retrato sobre Tamara?
-¿cuánto de placentero y cuánto de engorroso tuvo este trabajo?
-¿hubiera sido más fácil/más difícil si me hubiera tocado otr@ compañer@?
-¿qué dice sobre mí el retrato que hizo Tamara?
-¿cuánto del trabajo sobre retrato (y el anterior sobre lugar) persiste en mi mirada, en la vida cotidiana?
-¿qué debo tener en cuenta de mi experiencia como retrato para el próximo trabajo?
-¿se puede comunicar la esencia de una persona basándose sólo en imágenes?*

*pregunta que aportó mi analista cuando le conté lo mal que me tenía este trabajo

lunes, 26 de mayo de 2008

Retrato: Tamara, despierta

Al fin, por fin, en fin:



Hasta mañana.

Retrato - Sinopsis

(o lo que me guió durante el trabajo, y generó el retrato):

Podría decirse que Tamara es una persona muy reservada. No se siente cómoda viéndose expuesta; deja ver una superficie particular, reservando para sí (¿y para otros?) lo importante: la esencia, el núcleo.
La mañana es el punto de partida, donde el día debe ser creado con sus actos, y no puede esperar. Ansiedad.
Las noches no se soportan. Son demasiado largas. Necesita que aparezca el día, ya. Aparecen los miedos. El día es el cero, el inicio; y la noche, como la muerte, es el final de la recta.

Retrato como imagen fija

Tamara, su retrato en una sola foto.



viernes, 23 de mayo de 2008

Esquicio: Diario de Phoebe

Querido diario:
Anoche apareció Holden en casa, vino a visitarme. Me despertó en mitad de la noche, yo estaba durmiendo en la habitación de D.B. Parecía contento de verme aunque se lo veía muy mal. Yo estaba feliz. Me trajo un disco que compró no sé en dónde, pero estaba roto en varios pedazos. Me dijo que se le rompió porque estaba borracho, voy a pegar las partes, quizás se pueda escuchar igual. Lo peor de todo: Holden vino dos días antes a casa porque lo echaron de Pencey. Me enojé muchísimo con él, papá va a matarlo. Quiere irse a Colorado a trabajar; ni siquiera sabe andar a caballo. Igual este colegio parecía bastante feo, Holden me contó que está lleno de gente falsa. Forman unos grupos donde no dejan entrar a la gente que tiene acné. Yo no tengo acné así que podría entrar, pero Holden sí tiene un poco así que yo no entraría si él no puede. De todas maneras no le importa. Odia Pencey, pero no me puede explicar por qué. A Holden nunca le gusta nada. Se lo dije. No podía nombrar una sola cosa que le guste. Excepto Allie, que no vale, porque está muerto y en el Cielo. No hay nada que Holden quiera hacer cuando crezca: ser médico, o abogado, como papá. Sólo dijo algo raro, acerca de cuidar a unos niños que juegan en un campo de centeno, al borde de un precipicio. Vigilarlos, para que no caigan. Sacó esa idea del poema de Robert Burns. Sólo eso. Vigilar a miles de niños que juegan. Bailamos un rato con la música de la radio. Holden me dijo que estoy mejorando. Le estaba mostrando lo que Alice me enseñó de la fiebre cuando llegaron papá y mamá. Holden se asustó muchísimo y se escondió en el armario. Mamá entró y me preguntó por qué había olor a cigarrillo. Holden había fumado, pero le dije que había sido yo. Está bien, no era verdad, pero sí lo he hecho en otras ocasiones, así que da igual. Traté de sacarme de encima a mamá pero no paraba de preguntarme por la película y la cena. Por fin se fue, y Holden salió, muy nervioso, quería irse cuanto antes. No tenía dinero así que le presté el que tenía ahorrado para Navidad. No quería aceptarlo, pero se lo di todo, le hice prometer que vendría a verme el viernes a la función para devolvérmelo. De repente Holden se puso a llorar. Me preocupé muchísimo, traté de tranquilizarlo. Una vez que se calmó, se fue muy apurado, y me dejó su gorra. Me la puse para dormir, esta mañana todavía la tenía puesta cuando desperté. Holden dijo que llamará en cuanto pueda y que vendrá el viernes a verme. No le creo nada. Pobrecito Holden, papá va a matarlo.

domingo, 18 de mayo de 2008

Influencias

De una entrevista a José Luis Guerín, en El Amante de mayo:

"En la presentación de Unas fotos en la ciudad de Sylvia, usted dijo; "No sé si la considero una película". ¿Por qué duda de que lo sea?
Porque el soporte no es celuloide. Me gusta además pensar que es algo que pertenece al precine. La foto precede al cine. Me gusta pensarla también como objeto híbrido entre la literatura y el cine. Por eso me da mucho placer que se contemple el silencio, porque se asemeja al silencio de la literatura, que a mi juicio le otorga una intimidad mayor.(...) en la medida en que sometes las fotos a un trabajo de montaje y duración y les otorgas tiempo, creo que ya entras de lleno en el dominio del cine. Lo que pasa es que me gusta fantasear con la idea de que entre una foto y otra se fuga un tiempo, que es el tiempo del cine. Como si la película se hubiera fugado entre una foto y otra. Finalmente la película se hace en la cabeza del espectador. El cine captura trozos de tiempo que fluyen paralelamente a la vida, la felicidad del movimiento. La fotografía captura instantes, y entre un instante congelado y otro se evoca en la cabeza del espectador un pequeño trozo de película que no existe. Me gusta esa idea de película en off."

jueves, 15 de mayo de 2008

Ideas breves sobre el fotomontaje

Algo mínimo, que se me ocurrió en cuanto a los sonidos que use para el fotomontaje
no puedo usar canciones, (nada de sonidos que no sean tomados de forma directa, en realidad); pienso en grabar con mi humilde mp3* el sonido de un instrumento, tocando una canción determinada. ¿Se podrá? todavía no sé el estilo, mañana temprano tengo otra cita con Tamara (a la mañana, de nuevo, me interesa ese momento del día) y lo pensaré mejor. Veremos.
Pensé en la música como elemento de cohesión, que dé forma y fondo, a los diferentes sonidos que quiero superponer, todos ellos relacionados con los sonidos matinales que enumeró en su texto, y con esta forma de anticipar los hechos a partir de los sonidos que ella describió.
Veremos


*¿se puede grabar con sistemas de grabación humildes y hogareños, o es preferible alquilar equipos más decentes?
mañana lo pregunto en el taller, igual

Los sonidos de Tamara

"El primer ruido que me llega es el de los autos, ya que tengo la puerta que da al pasillo abierta. Es por momentos más intenso, y en otros menos. Esto es lo que me determina cuando el semáforo está en verde, y cuando está en rojo."
"Escucho también un ruido muy común en las mañanas, que generalmente me pone un poco de mal humor; el de los pájaros. Creo que esto tiene que ver con el hecho de saber que cuando empiezan a cantar, está amaneciendo, y es hora de levantarse."
"Al escuchar el ruido de la puerta de hierro del frente sé que está afuera."
"escucho al animal corriendo por el pasillo hacia acá, y me tranquilizo. Se tira al piso al lado mío, y su respiración agitada es otra cosa que me distrae."
"Ahora estoy en un ambiente tranquilo, eso me pone bien, porque desde que me desperté no lo encontré en ningún lado. Comienzo a escuchar una especie de interferencia con los parlantes, esto que me remite a algún aparato electrónico. Rápidamente agarro el teléfono del bolsillo que está por sonar"
"(aunque parezca extraño puedo identificar quién llegó según cómo cierran la puerta, o cómo caminan, o suben la escalera)"

Dos cosas:
-Se distrae muy fácilmente, con los sonidos que la rodean, hasta los más sutiles, como el cooler de la pc o la respiración del perro. Quizás tenga que ver con el momento en particular en que escribió el texto, a veces es más fácil cerrarse en una burbuja silenciosa y no escuchar nada, como para estudiar, por ejemplo. A veces, es imposible
-Me gusta que sepa exactamente qué está pasando o qué va a pasar a través de los sonidos. Reconoce a sus familiares por los sonidos que provocan. Una suerte de clarividencia, digamos

el texto completo, acá

lunes, 12 de mayo de 2008

Algunas informaciones

Algunas cosas que me dijo Tamara por mail, que me sirvieron de punto de partida para la idea de la última serie de fotos; que después me ocuparé de desarrollar bien. Por ahora, como un esbozo de cómo es Tamara, según ella misma:

La exposición

-¿cómo te gustaría ser retratada?
de la manera menos "armada" posible, no quiero posar, y si se puede no quiero casi darme cuenta que tengo una cámara delante. Primero porque la cabeza se me pone de costado, no se por qué, y porque me da verguenza, jajajaja. Me divierte como lo venimos haciendo hasta ahora, es bastante natural, bien improvisado.
-te gusta posar? te molesta?
No me gusta posar, tampoco me molesta. Pero después de un rato me sale solo cara de fea. Preferiría no tener que posar.

La mañana

Me despierto a eso de las ocho y media (o porque suena la alarma de mi novio para el trabajo, o porque tengo que hacer cosas para la facu). Una vez que me despierto, que abro un ojo, no puedo volver dormir, me dan ganas de empezar a hacer cosas.
Generalmente me tomo un vaso de jugo de naranja y me baño. O estudio, o voy a imprimir, o hago algún que otro trámite y se me pasa muy rápido la mañana.
-cuántas veces por semana te despertás de mal humor?
Sólo si se que tengo que hacer tantas cosas que no me da el tiempo físico para terminarlas.


La noche, el miedo
A veces me cuesta dormirme pensando en lo que voy a hacer al día siguiente, me dan ganas de que pase rápido. Soy un poco ansiosa.
-dormís mucho?
No mucho, tiene quever con eso de hacer cosas sin parar, todo el tiempo, querer aprovechar los momentos. De vez en cuando me duermo 12 horitas... y me siento bárbara.

-a qué le tenés miedo?
es horrible cuando te estás por dormir, y te ponés a pensar en cosas que no debés pensar enese momento
odio acordarme que me voy a morir, y que toda mi familia se va a morir.
después me convenzo de que es algo más, que no es tan así, pero enseguida me vuelvo a poner mal.


Algunas otras cosas
-sos ordenada?
soy un desastre hasta que no puedo más con la situación, y me vuelvo obsesivamente ordenada. Después de un rato se me pasa y soy un desastre de nuevo, y así es el círculo.

-qué cosas te llaman la atención de las personas? qué rasgos, gestos, actitudes, acciones, te parecen llamativas, te llevan a interesarte en esa persona?
me gusta la gente que es "casi obsesiva", que realmente hay algo que le mueve todo y se super interesan en averiguar, ver, leer, hacer eso.
esto puede ser peligroso. me gusta la gente que sabe de lo que está hablando,
me gusta la gente que no habla cuando no sabe. que se reserva en ciertas situaciones, que dice cuando tiene algo que decir.

Tamara - tercer encuentro



domingo, 11 de mayo de 2008

Bodegón


Le pedí a Tamara que elija sus objetos preferidos. Volvió con (entre otros)

-una fotografía enmarcada de Andy Warhol. Una de sus amigas la había impreso para un trabajo y no la usó, entonces ella se la llevó a su casa, y la puso en su habitación. Le gusta tanto por la foto en sí como por el artista retratado.
-una tira de flores de plástico, que previamente era usada como vincha por una de sus amigas, y Tamara se la quedó.
-unos anteojos de sol, de marco plástico rojo; los usaba cuando era más chica.
-un Maneki Neko (una estatuilla china de un gato que mueve una de sus patas); se la regaló su hermano, obviamente la compró en el Barrio Chino.

Entre la variedad de objetos que me propuso elegí esta combinación casi automáticamente; pensé "muy kitsch". Según Wikipedia, el término "...Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto."
Para el teórico Theodor Adorno, el kitsch es la "falsa conciencia" del arte dentro de lo que llama industria cultural; la estructura del capitalismo donde las necesidades de mercado se imponen a la producción artística frente a un público pasivo que acepta lo que le es dado. A pesar de ser relacionado en general como sinónimo de mal gusto, en los 90 el artista argentino Federico Klemm definió al kitsch como "una categoría estética de nuestra contemporaneidad que no tiene que ver con una sistematización del mal gusto sino con una exacerbación de lo artificial y lo desmesurado"; señalándolo como una manifestación estética que pone en duda el buen gusto como statu quo.
Dice Wikipedia: "
Mucho del Pop Art
intentó incorporar imágenes de la cultura popular y el kitsch; los artistas pudieron mantener su legitimidad diciendo que ellos “citaban” las imágenes para elaborar conceptos. Usualmente la apropiación de estas imágenes era de manera irónica."

Más allá de todas estas consideraciones, yo elegí para el bodegón estos objetos desde su unidad estética, ya que por medio de colores, formas y materiales, como imágenes, dicen (o gritan, quizás) "kitsch". Creo que representan a Tamara tanto por el gusto, algo que pudimos ver en su elección del lugar para el primer trabajo, el Barrio Chino, que es un lugar signado por la estética kitsch; como por la significación interna y simbólica de los objetos, ya que se relacionan con sus amistades, su familia, su pasado y su interés por lo artístico y estético, tanto por la elección del artista "para la mesita de luz", como por la fotografía en sí, y no menos importante, el portrarretratos.
Puedo concluir que Tamara no es una persona kitsch (no en sus actitudes, actividades, aspecto físico, personalidad), pero sí el kitsch es importante en su sensibilidad estética; y éste es un rasgo más para tener en cuenta en su retrato.

Seres queridos

Mi sobrina, Valentina. Tiene 3 años, acá parece Matilda

Mi novio, Matías. Vive en la facultad, como yo

Sonidos matinales

Suena el celular, con la alarma que ODIO. Aguda, chillona, electrónica. Es tan molesta que me provoca despertarme para pararla. Después un silencio tan placentero que no puedo evitar cerrar los ojos -un segundito, ya me levanto-. A continuación, la voz de mi mamá: Son las 9, ¿a qué hora te tenías que ir?. Mi propia voz: ¡UH!. Me siento rápidamente en la cama, y oigo el roce de las sábanas y frazadas que me cubrían. Afuera, pajaritos. Adentro, la respiración de mi hermana que duerme. Busco mis anteojos, los objetos se chocan entre sí sobre el estante. Metal, madera, plástico, mis anteojos. Me los pongo, salto de la cama (es cucheta), mis pies descalzos chocan contra el piso de madera. Pasos rápidos, apurados.
Abro y cierro la puerta del baño que chirría un poco. Prendo la luz con el clac del interruptor. Agua corriendo por la canilla, cepillo rozando mis dientes; el sonido cambia si abro o cierro la boca. Gringo maúlla afuera, en el pasillo, maúlla, maúlla, maúlla -cada vez más alto y lastimoso-. Le abro la puerta, entra y es invisible, sus pasos no suenan. Ronronea y se acomoda en la alfombrita. Abro la ducha. Cierro la canilla con un ruido agudo, metálico. Los aros que sostienen la cortina se chocan unos contra otros, rozando el caño de plástico.
Me visto, la toalla me roza y luego la ropa. Del otro lado de la ventana del baño, los vecinos charlan a los gritos. Abro y cierro la puerta del baño, vuelve a chirriar.
Gringo me sigue y maúlla cada vez más fuerte. Maúlla, me mira, mira su plato vacío. Arrugo el plástico de la bolsa de Cat-Chow para agarrarla. El alimento balanceado cae sobre el plato con un repiqueteo. Gringo mastica el alimento, es crocante. Abro la canilla, agua cae por ella, la sirvo en la pava eléctrica y la apoyo en su base. Suena una campanilla: hirvió el agua, burbujea. La cucharita choca contra la porcelana mientras revuelvo el café; después la taza choca contra la pileta de metal, que suena a hueco. Abro y cierro puertas, una tras otra (cocina-pasillo-comedor). Las llaves en la cerradura y el sonido del mecanismo. El candado chocando contra la reja parece una campana.
Mis pasos sobre la vereda, los perros de las casas vecinas ladran cuando paso. En la plaza, la gente me pasa por al lado charlando, pasan autos y colectivos. Una camioneta con un parlante publicita un espectáculo infantil, una mujer carcajea, otra arroja agua de un balde sobre la vereda, cerca de mis pies. La bocina del tren y el timbre de la estación: lo perdí. Corro, mi respiración se agita. Las monedas caen una a una dentro de la máquina de los boletos, el mecanismo imprime uno y lo deja caer. El molinete succiona mi boleto por una ranura y me lo devuelve con un pip por otra. Llega el tren con un estruendo mezcla de bocina, durmientes (quetrén-quetrén) y timbre. Las puertas chocan en el interior cuando se abren, vuelven a chocar cuando se cierran, rebotan y vuelven a chocar. El tren se pone en marcha con un zumbido y el quetrén-quetrén es ahora el sonido de fondo.
El vagón está repleto, la ropa de la gente se roza, sus objetos chocan, permiso-permiso-permiso-bajás acá?-como ganado viajamos-señores llega esta oferta que no pueden rechazar. Detrás mío un celular moderno, reaggetón. Tunch-tu-tu-tun-tunch. Los timbres de las estaciones pasan rápidamente. Un bebé llora con gritos de recién nacido, insoportables. El tren aminora cuando llega a Once, la gente se choca entre murmullos para salir, choca contra las puertas. Puteadas. La voz en off de la estación que informa cosas importantísimas de la manera menos inteligible posible, y suena como un relator de fútbol en una radio adentro de una lata abajo de la tierra. Voces por toda la estación mientras la cruzo.
En la calle, bocinas de colectivos y vendedores ambulantes. En la plaza, cumbia y predicadores, a los gritos: ¡Jesús es la salvación!. En la parada del 19 un chico improvisa una batería con sus llaves y un poste. Las puertas del colectivo suenan a aire que se sopla muy fuerte, el cuero de las butacas cruje cuando me siento. El motor arranca y me acompaña todo el viaje. Me levanto, permiso-gracias-permiso-permiso-gracias, el timbre del colectivo parece un pulsador de programa de preguntas y respuestas. Las puertas se abren y chocan bruscamente, bajo pisando los escalones revestidos en goma. El motor se aleja.
Cruzo la avenida, bocinazos, motores, voces, ladridos. Toco el timbre, Barón ladra en el pasillo y corre, me mira y jadea. Tamara aparece del otro lado, me abre la puerta.

Fotos del álbum familiar

Con mi abuelo, en mi segundo cumpleaños, 1990. Siempre me hacía caras y yo las copiaba

Con la flia, verano del '94. No es la mejor foto, pero me causa mucha gracia porque muestra a los González-Libertchuk en los noventas, en todo su esplendor. Empezando por la pelopincho, siguiendo por la juventud de mis padres, la hamaca de mi infancia, y terminando en la sombrilla de gajos coloridos. Además me encanta porque mi hermana parece un shar pei

jueves, 8 de mayo de 2008

miércoles, 7 de mayo de 2008

Retratos en cine

Como Sheila la nombró el lunes (en cuanto al trabajo de Tamara sobre mí), me acordé de las presentaciones de los personajes, al principio de una de mis películas preferidas: Amèlie. Dejo el youtube correspondiente, encontré uno con los primeros 9 minutos del film (aparentemente alguien se tomó el trabajo de dividir la película en fragmentos de 10 minutos y ahora está toda en youtube, por partes). La secuencia de títulos es la primera descripción de un personaje, donde vemos a Amèlie de chiquita haciendo las cosas que la divierten, cosas que cuando somos chicos son lo mejor del mundo: comer 10 gomitas de frutilla seguidas, después de ponerlas como "sombrerito" de nuestros dedos (yo jugaba con los anillitos de surtido bagley. Mi juego era usar las galletitas de anillo y comerlas "puestas"). Hacer muecas aplastando la cara contra un vidrio. Usar cerezas como aros. Jugar con los anteojos del abuelo. Etcétera.
Luego a partir del tercer minuto, se nos presenta a los padres de Amèlie, y aquí empiezan los retratos más concretamente. Se describe a estas dos personas haciendo una lista de lo que les disgusta y lo que les gusta (que son ítems de pequeñas cosas cotidianas, como los dedos arrugados después de bañarse, o sacar el empapelado de a tiras); y aunque no nos enteramos de ningún dato esencial de sus personalidades o sus historias, los personajes nos aparecen completamente delineados a partir de estos ítems de las cosas que odian y las que adoran hacer. Los textos que se ven sobre la pantalla señalan, como una nota al pasar sobre el fotograma, algún rasgo físico particular de los personajes, y refuerzan la descripción. El retrato de los padres termina en el minuto 4:30.
Por ahora subo el fragmento con el subtitulado en inglés, no encontré uno en español de esta secuencia, pero voy a seguir buscándolo.
Una observación: después de los padres sigue el retrato de Amèlie a los seis años, y su mundo imaginario. También lo considero un retrato pero lo que me interesa mostrar es la forma en que se retrata a los padres en la secuencia, sobre todo.
Hete aquí el youtube



lunes, 5 de mayo de 2008

JD Salinger - El guardián entre el centeno

"...Ahora D.B. está en Hollywood prostituyéndose. Si hay algo que odio en el mundo es el cine. Ni me lo nombren."
Una cita como para empezar el libro.
Lástima que está en gallego, y que el diseño de tapa es el peor que vi en mi vida, está hecho con WordArt. Pero me está gustando, voy por el capítulo 4.

Exposición - voto

voto por:
de Ale Tibaudin;
y por

y
de Julián Sarracino

domingo, 4 de mayo de 2008

Exposición - concurso

Esta es la foto que elijo para concursar

sábado, 3 de mayo de 2008

El personaje: Tamara

toma dos, en otro escenario. éstas me gustan más

El personaje: Tamara

toma uno: