domingo, 11 de mayo de 2008

Bodegón


Le pedí a Tamara que elija sus objetos preferidos. Volvió con (entre otros)

-una fotografía enmarcada de Andy Warhol. Una de sus amigas la había impreso para un trabajo y no la usó, entonces ella se la llevó a su casa, y la puso en su habitación. Le gusta tanto por la foto en sí como por el artista retratado.
-una tira de flores de plástico, que previamente era usada como vincha por una de sus amigas, y Tamara se la quedó.
-unos anteojos de sol, de marco plástico rojo; los usaba cuando era más chica.
-un Maneki Neko (una estatuilla china de un gato que mueve una de sus patas); se la regaló su hermano, obviamente la compró en el Barrio Chino.

Entre la variedad de objetos que me propuso elegí esta combinación casi automáticamente; pensé "muy kitsch". Según Wikipedia, el término "...Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto."
Para el teórico Theodor Adorno, el kitsch es la "falsa conciencia" del arte dentro de lo que llama industria cultural; la estructura del capitalismo donde las necesidades de mercado se imponen a la producción artística frente a un público pasivo que acepta lo que le es dado. A pesar de ser relacionado en general como sinónimo de mal gusto, en los 90 el artista argentino Federico Klemm definió al kitsch como "una categoría estética de nuestra contemporaneidad que no tiene que ver con una sistematización del mal gusto sino con una exacerbación de lo artificial y lo desmesurado"; señalándolo como una manifestación estética que pone en duda el buen gusto como statu quo.
Dice Wikipedia: "
Mucho del Pop Art
intentó incorporar imágenes de la cultura popular y el kitsch; los artistas pudieron mantener su legitimidad diciendo que ellos “citaban” las imágenes para elaborar conceptos. Usualmente la apropiación de estas imágenes era de manera irónica."

Más allá de todas estas consideraciones, yo elegí para el bodegón estos objetos desde su unidad estética, ya que por medio de colores, formas y materiales, como imágenes, dicen (o gritan, quizás) "kitsch". Creo que representan a Tamara tanto por el gusto, algo que pudimos ver en su elección del lugar para el primer trabajo, el Barrio Chino, que es un lugar signado por la estética kitsch; como por la significación interna y simbólica de los objetos, ya que se relacionan con sus amistades, su familia, su pasado y su interés por lo artístico y estético, tanto por la elección del artista "para la mesita de luz", como por la fotografía en sí, y no menos importante, el portrarretratos.
Puedo concluir que Tamara no es una persona kitsch (no en sus actitudes, actividades, aspecto físico, personalidad), pero sí el kitsch es importante en su sensibilidad estética; y éste es un rasgo más para tener en cuenta en su retrato.

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