jueves, 10 de abril de 2008

Sobre el lugar

“Estamos convencidos de que el futuro habita en la memoria y que esta Casa es el lugar en el que el pueblo y el Gobierno de Morón dan cuenta de su enorme compromiso con la verdad y la justicia.
Donde ellos torturaron, acallaron y mataron, hoy hay niños, mujeres y varones, familias, trabajadores, estudiantes, deportistas y centenares de personas, disfrutando, creando y compartiendo distintas vivencias”.

Martín Sabbatella, Intendente de Morón

Más allá de mi completa adhesión a la política de derechos humanos y preservación de la memoria del municipio de Morón, encuentro difícil compartir los argumentos de Sabbatella. La ex quinta Seré (hoy Polideportivo Gorki Grana) ofrece actividades gratuitas y la posibilidad de esparcimiento para muchas personas del municipio, y de otros municipios como Ituzaingó, que no cuentan con políticas similares por parte de su intendencia. El predio funciona como colonia gratuita en verano para chicos de bajos recursos, y como campo de deportes para muchas escuelas. Se organizan festivales de música y otros espectáculos, todos los domingos, con el nombre de “La Minga”. Todos estos aspectos del lugar y del uso que se le da al mismo me parecen algo muy positivo. Pero cuando voy, no puedo olvidarme de en dónde estoy parada. No puedo dejar de pensar en que este mismo terreno donde un grupo de chicos juega al fútbol y una familia hace un picnic dominguero fue uno de los escenarios de una de las épocas más atroces de nuestra historia reciente.
La mansión está ahí, en el vacío, se erige frente a mí como un fantasma de dimensiones gigantescas. Puedo verla junto a las dos palmeras características de las fotos históricas. Imagino cómo sería para los vecinos que convivieron con ella durante el Proceso, verla recortarse contra un cielo oscuro, la casa más oscura aún, ver y no querer ver, encerrarse para ignorarlo. Escuchar y hacer oídos sordos.
Veo la entrada antigua a la quinta y me estremezco. Las paredes que veo dibujarse en el aire están ahora frente a mí, absolutamente tangibles y reconocibles. Veo autos que entran y salen, botas pisoteando todo el lugar.
Yo no sé qué le pasa a la gente que vivió el Proceso y utiliza el lugar en el presente. No pretendo decir que se auto engañan, que ignoran, que no se interesaron, que no les importa. Sé que muchos de ellos concurren al lugar de buena fe, manteniendo la memoria viva, pero convirtiendo al lugar en otro lugar. ¿Cómo puede un lugar convertirse en otro tan diferente?
Es qué más allá de la pista de atletismo y la cancha de bochas donde juegan los abuelos los domingos, y la pileta y los árboles y las canchitas y los bancos de plaza y los areneros y las hamacas, el pasado se hace presente en todas partes; un pasado lo suficientemente trágico como para no permitirme el uso del lugar para “disfrutar creando y compartiendo distintas vivencias”.

2 comentarios:

Favio Lopez dijo...

Hey Hola!!

Como hiciste para tener todos nuestros links en el costado?? o_O
es muy dificil XD?
y esto de q para comentar se te abra en otra venatna o_O COMO?...

Y nada pasate por mi blog hahaha vas a ver q cuando comentas es diferente. Suerte!!

(pd: q mal q me esta yendo en DAV)

Anónimo dijo...

Hola Ayelén, interesante el texto inicial sobre el lugar.

Subí la selección de imágenes de las dos correccíones y el nuevo texto sobre el lugar al día de hoy.

Primero las imágenes, así ya te puedo asignar el punto de vista.

E.-